
Fuente: El Mundo
Para consolidar la transformación social que quieren implantar es fundamental que las nuevas generaciones, especialmente los niños, tengan asumidos e interiorizados los conceptos clave que fundamentan el nuevo orden de las cosas.
Conceptos como ideología de género, cambio climático o laicismo son introducidos de forma transversal en todas las materias para transformar la manera de pensar de los más jóvenes, incluso en contra de los criterios y las creencias de sus padres.
Esta manipulación de las mentes de los niños se realiza fundamentalmente en los colegios, pero también a través de los contenidos culturales, como libros, películas, series de televisión, juguetes, etc.
Para poder controlar mejor el proceso obligarán a los centros escolares a introducir estas ideologías en sus temarios, bajo la amenaza de quitar subvenciones, imponiendo multas o incluso con el cierre de los colegios que no se adhieran. Igualmente, perseguirán y proscribirán a los profesores que no se plieguen a estos mandatos.
Además, esto estará combinado con una relajación en las exigencias curriculares y con una devaluación de la autoridad del profesor, fomentando alumnos poco acostumbrados al esfuerzo y con pocos conocimientos en materias clave como la historia o la filosofía, lo que los hace menos capaces de pensar por sí mismos y más permeables a las ideas con las que los quieren adoctrinar.
– Imponiendo estas ideas de forma transversal en los temarios de todas las asignaturas para normalizarlas y que sean más fácilmente asumibles.
– Haciendo hincapié especialmente en cambiar la enseñanza de la historia y la literatura, como formas de modificar el pensamiento de los estudiantes.
– Aprobando leyes que persigan a los centros y a los trabajadores (directores, profesores, etc.) que no sigan las consignas.
– Sancionando y denunciando a centros y profesionales que ofrezcan resistencia.
– Promoviendo la enseñanza pública, que es la que mejor pueden controlar, y asfixiando poco a poco cualquier iniciativa de enseñanza privada o concertada.
– Estableciendo normas de convivencia contrarias al orden natural, fomentando talleres y charlas sobre género, asignaturas de sexualidad en niños, etc.
– Dificultando que los padres ejerzan su derecho constitucional a decidir la educación que quieren para sus hijos.
– Promoviendo y subvencionando contenidos culturales que introduzcan y extiendan las ideologías dominantes en libros y contenidos audiovisuales.
– Promoviendo planes de estudio y leyes educativas cada vez más laxas en las que se priorizan las experiencias a los conocimientos, no se valora el esfuerzo y se eliminan las pruebas de evaluación objetivas.