
Fuente: El Confidencial
Salud y bienestar son dos palabras muy atractivas, pero que en este caso esconden una realidad muy oscura.
Una de las formas más efectivas de frenar el crecimiento de la población es implantar leyes que promuevan el aborto como un derecho en todo el mundo, con el resultado de millones de niños matados en el vientre de sus madres cada año.
Otra de las medidas es fomentar una cultura de la anticoncepción en la que tener hijos esté mal visto y se considere un mal que hay que evitar a toda costa, como siempre por motivos ecológicos y argumentos de sostenibilidad.
Todo esto lo esconderán convenientemente con el eufemismo de «garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva de las mujeres».
– Declararán por ley que el aborto es un derecho
– Castigarán cualquier iniciativa que busque salvar la vida de esos niños.
– Penalizarán cualquier ayuda alternativa que se ofrezca a las madres embarazadas.
– Promoverán el aborto especialmente entre menores de edad, sin el conocimiento de sus padres.
– Obligarán a los países a aprobar leyes a favor del aborto y la anticoncepción para obtener a cambio ayudas y recursos para mejorar otras áreas de la salud o luchar contra enfermedades como la malaria o la tuberculosis.
– Desincentivarán el tener hijos, quitando ayudas y derechos a las familias numerosas.
– Generarán un ambiente social beligerante contra la maternidad, especialmente contra aquellos que tengan más de un hijo.