
Fuente: Childrenshealthdefense.org
Este objetivo que puede parece muy loable, encierra una trampa: la solución para que no haya hambre es que la producción de alimentos a nivel mundial esté concentrada en muy pocas manos (las suyas) y así ellos podrán producir, controlar y distribuir los alimentos, según los criterios que favorezcan sus planes.
Dirán que hay que desarrollar un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial para favorecer la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible. Y la solución será que ese nuevo sistema esté gestionado por ellos, mediante legislaciones cada vez más estrictas que desincentiven y arruinen las iniciativas agrícolas particulares, y acaparando ellos cada vez más terrenos agrícolas.
En última instancia controlarán qué tipo y qué cantidad de alimentos puede consumir cada persona, según supuestos criterios de salud y sostenibilidad, pudiendo premiar o castigar las conductas que contravengan el orden establecido.
– Promoviendo la escasez y el encarecimiento de las materias primas
– Promoviendo leyes que desincentiven el cultivo y la ganadería
– Promoviendo el aumento de los precios de los transportes
– Adquiriendo grandes extensiones de terreno que ya no son rentables a sus legítimos dueños.
– Estableciendo planes de alimentación a nivel mundial en base a criterios e intereses espurios.